Nunca perseguí la gloria ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles
Hay tardes en las que uno desearía embarcarse y partir sin rumbo cier… y, silenciosamente, de algún puert… irse alejando mientras muere el dí… Emprender una larga travesía
Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cie… lo que estaba dormido sobre tu alm… Es en ti la ilusión de cada día.
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojo… que son dos hormigueros solitarios… y son mis manos sin las tuyas vari… intratables espinos a manojos. No me encuentro los labios sin tus…
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la...
¿Quién los ve andar por la ciudad si todos están ciegos? Ellos se toman de la mano: algo ha… entre sus dedos, lenguas dulces lamen la húmeda palma, corren por…
Qué no daría yo por la memoria de una calle de tierra con tapias… y de un alto jinete llenando el al… (largo y raído el poncho) en uno de los días de la llanura,
Qué tal si deliramos por un ratito qué tal si clavamos los ojos más a… para adivinar otro mundo posible El aire estará limpio de todo vene… de los miedos humanos y de las hum…
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacer...
ante la lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir te arrastra Alejandra no lo niegue… hoy te miraste en el espejo y te fuiste triste estabas sola
El alma trémula y sola Padece al anochecer: Hay baile; vamos a ver La bailarina española. Han hecho bien en quitar
El bastón, las monedas, el llavero… la dócil cerradura, las tardías notas que no leerán los pocos días que me quedan, los naipes y el tab… un libro y en sus páginas la ajada
¿Qué os hice yo, mujer desventurad… que en mi rostro, traidores, escup… de la infame calumnia la ponzoña y así matáis a mi alma juvenil? ¿Qué sombra os puede hacer una ins…
Educar es lo mismo que poner motor a una barca… hay que medir, pesar, equilibrar… …y poner todo en marcha. Para eso, uno tiene que llevar en…
Ni el pormenor simbólico de reemplazar un tres por un dos ni esa metáfora baldía que convoca un lapso que muere y o… ni el cumplimiento de un proceso a…
La calle se llenó de tomates, mediodía, verano, la luz
Me gusta ver el cielo con negros nubarrones y oír los aquilones horrísonos bramar, me gusta ver la noche
Viendo a Garrik—actor de la Ingla… el pueblo al aplaudirle le decía: «Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz...» Y el cómico reía.
En esta tarde, Cristo del Calvari… vine a rogarte por mi carne enferm… pero, al verte, mis ojos van y vie… de tu cuerpo a mi cuerpo con vergü… ¿Cómo quejarme de mis pies cansado…
La pena… La melancolía… La tarde siniestra y sombría… La lluvia implacable y sin fin… La pena… La melancolía… La vida tan gris y tan ruin.
Desmayarse, atreverse, estar furio… áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y…
Una mora de Trípoli tenía Una perla rosada, una gran perla: Y la echó con desdén al mar un día… —«¡Siempre la misma! ¡ya me cansa… Pocos años después, junto a la roc…
3. Desdichado el pobre en espíritu… 4. Desdichado el que llora, porque… 5. Dichosos los que saben que el s… 6. No basta ser el último para ser… 7. Feliz el que no insiste en tene…
El niño que no vino tiene los labios fuertes tiene las manos tiernas el alma como nube no es nadie
Es flaca sobre manera toda humana previsión, pues en más de una ocasión sale lo que no se espera. Salió al campo una mañana
Si (como afirma el griego en el C… el nombre es arquetipo de la cosa en las letras de “rosa” está la ro… y todo el Nilo en la palabra “Nil… Y, hecho de consonantes y vocales,
Hoy te saludo brutalmente: con un golpe de tos o una patada. ¿Dónde te metes, a dónde huyes con tu caja loca
El tiempo, insinuándose en tu cuer… tal la nube de polvo en fuente pur… aquella gracia antigua desordena y clava en mí una pena silenciosa. Otros antes que yo vieron un’ día,
Como hoy la preocupación A más de una gente abruma, Emplearé mi débil pluma Para darle una lección; Pues esto en nuestra Nación
Todas íbamos a ser reinas, de cuatro reinos sobre el mar: Rosalía con Efigenia y Lucila con Soledad. En el valle de Elqui, ceñido