En ocasiones, puedo sonar asquerosamente pretencioso. Sin embargo, cuando juego a baloncesto, dada mi pasión y limitaciones, no lo soy en absoluto. De hecho, nunca. El poeta que me suplanta, es dado al exhibicionismo y regodeamiento gratuito.
“Fui una cancerígena masa invasora… Que al fecundarse no pudo ser regu… A mi madre, por el monstruo expiad… Le ahorcaba, mi respiración opreso… Sea un parásito, bendición del mal…
“De la ceñida taberna, Esta noche haremos hogar, De tripas corazón con sorna, El hígado trataremos de ahogar. Devoraremos la melodía,
“Anhelo que todos admiren su cielo… Y lo quieran suyo, y de él, Infinitesimal parte se sientan, Todos, el mismo compartimos. Otro imbécil soy, de más.