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Insano, picoteas en algún lado del mundo
reclamando que me llevo todas las aves
a dormir bajo mi peso
que las noches se ajenan de mi vela y de mi desperdicio
que,
salgo a la calle y me revuelcan los sabores
los aromas
y las pistas
que tengo en mi memoria un roto desde hace tres días
y que
sobreviviendo como estoy
tengo ya trece personas pálidas al hombro.
A mi modo de ver
ya nos habrían salido las dudas del error
y como quién no quiere nada
se atreve a todo.
Me toca fuerte el lazo de venirte conmigo a robar
un tren
de colocarte en la espera de algo delicioso
y de acabar de morir a la espera de un mensaje tuyo
A mi modo de ver
me encierro en el lenguaje y en el arma blanca;
ese ruido
que no sale de tu boca y no va a parar en mi razón
ese tímpano de hueso
y ese sudor de mi rodilla poco labrada...
Qué color es el humo
y el sano juicio de perder a alguien así nomás.
Locura licántropa
la de dejarnos amarrados por la cintura y la médula
y que gran
diferencia entre tu cerrojo y mi ventana
A mi juicio torpe y corregido
me voy sanando e hiriendo con tinas públicas
y ojos en forma de manzanas.
Podría ahora mismo sudar enormemente y bailar
descalzo en la plaza de Loja
Sin discusiones, con tus pestañas y las mías
caminando sobre los huesos, cortando las falanges