Autobiografía asustada
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Acuérdate que soy
de perros y de aves, de matorrales y de cenizas
de hombres blancos
y mujeres poetas,
de poemas, y de barcos y de calles enredadas
de talones y de lunares
de bibliotecas antiguas
y libros con olor ha guardado,
soy de amores puros
de niñas y niños felices en habitaciones,
de relojes, de paisajes
de atardeceres, de sonrisas y de búhos
de tu voz
y de todas las cosas que nos aman
de tus ojos, y de la muerte
de la vida y de los aparatos sonoros.
Soy de los postres y de la rabia de no verte
soy de aquí
del grito y de lo único,
de la catedral y de la iglesia, del oro y de la mirra;
soy del ruego
de las migajas y el perdón
soy del polen y del tiempo.
Soy del si, de mi párpado cantor
de mi pluma que te hizo canoa y lancha
arrecife y pestaña
que te hizo calor, soñar y dudar;
soy de ese amor que no se respira, que se enjaula
soy de los mimos
y de los domingos con café y serenata,
soy del sueño
y de dios.
Soy de la noche y del musgo, de tu espacio
y de tu cabello enredado
de la luna y del mango, de la fruta y del recorrido
del paisaje
y de la sed de todas las cosas,
soy de la tierra y del faro con agua y sal,
soy de lo que teníamos y de lo que éramos,
Soy del cuento
del final y del comienzo, de las hamacas
y de las estelas.
Soy de la luz en Vilcabamba
de tu letra D en Malacatos
de lo unido, de la policía y del río eterno, de lo sacrificado
de viajar desnudos
por más de 14 horas para recibir un premio.
Soy de lo triste
y de lo triste en que me he convertido respirando.
Soy también del corazón
que devoraste y no te haces cargo
soy del éste
y tú del sur, soy del poema y del kichwa.
soy del amparo y de la luciérnaga
que te di en la mano
soy de la madera balsa que se moldea con el día.
Soy de lo que recorrí en tres días
con la felicidad torpe.
Soy del hambre y de mi cuerpo,
soy de la maleza
y de mi territorio de guacamayos azules
Soy del francés que mi miró
por doce instantes y convirtió mi sed en fuego.
Soy del pulmón
y la costilla que nos fumamos cada domingo en tu casa.
Soy de la cosecha
de la flor de la mora, de las más de trescientes especies
de orquídeas dulces,
soy del por favor y del gracias.
De los hoyos del aire y del volcán.
Soy de la ciudad en los bolsillos
de Alguien a quien he olvidado, del Peligro
de perder a un lirio
de La vida me ha hecho tristeza
y del Antes de ser extraños de nuevo.
Soy de las piedras y de la lluvia
soy del amor que aun tengo y que puedo dar.
soy de la madrugada rugiente,
soy de lo que rompo y de lo que construyo.
Soy de un pistilo y de un baúl
de juna madriguera de hojas recién nacidas.
Soy del trompo y del tiempo.
Soy dueño de la mitad de tu mejilla
y soy dueño de la mitad de las cosas cuando estás cerca
y soy esclavo de las otras si te vas.
