#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1986 #PreguntasAlAzar
Bajé al mercado y traje tomates diarios aguacero endivias y envidias gambas grupas y amenes
Cuando éramos niños los viejos tenían como treinta un charco era un océano la muerte lisa y llana no existía
Es decir la miraba porque ella se ocultó tras el biombo de nubes y todo porque muchos amantes de es… le dieron sutilmente el olivo con su brillo reticente la luna
Cómo quisiera fotografiar minucia por minucia pedazos de futuro y colocar las instantáneas en un álbum
Lento viene el futuro lento pero viene ahora está más allá de las nubes ramplonas
Después de tanto tiempo y en un aire de nieve hallo por fin a Carlos a Lilian al flaco vivieron
¿Y si Dios fuera mujer? pregunta Juan sin inmutarse, vaya, vaya si Dios fuera mujer es posible que agnósticos y ateos no dijéramos no con la cabeza
Mengana si te vas con el zutano yo / tu fulano / no me mataré simplemente los seguiré en la noch… por todos los senderos y las dunas vos gozando tal vez y yo doliéndom…
Desde el palmar inmóvil reconoce a… cuánto orgullo y tesón cuánta dist… en un octubre opaco y remotísimo habían arrancado del puro desalien… acamparon primero en el monzón
Desde el octavo piso de mi tercer… veo el mar excesivo que me prestan mercado viejo al norte donde el qu… se llama luz brillante y al oeste otro mercado el nuevo adonde llega…
Tu voz no quiere cantar tu voz se esconde en el llanto si pregunto tu quebranto es sólo por preguntar desde que tu pena existe
Diríase que el tiempo no madura y que al poeta ese cándido leproso no se le deja otro comportamiento que refugiarse en su desgarradura y allá quedarse torvo y silencioso
Dios morirá de viejo pesaroso y hastiado triste por no poder encomendarse a dios.
La primera vez que los vi fue en el Paseo Marítimo. No diré que parecían dos tortolitos, porque él tendría unos treinta y cinco y ella un poco menos, pero sí que eran la imagen viva de ...
Pensar que en un antes neblinoso y… tu adolescencia era cotidiana y notabas en las yemas de los dedo… las variables superficies de vida que ahora sentís a veces en las uñ…