Heberto Padilla
Cada vez que regreso de algún viaje
me advierten mis amigos que a mi lado se oye un gran estruendo.
Y no es porque declare con aire soñador
lo hermoso que es el mundo
o gesticule como si anduviera
aún bajo el acueducto romano de Segovia.
Puede ocurrir que llegue
sin agujero en los zapatos,
que mi corbata tenga otro color,
que mi pelo encanezca,
que todas las muchachas recostadas en mi hombro
dejen en mi pecho su temblor,
que esté pegando gritos o se hayan vuelto
definitivamente sordos mis amigos.

De Fuera del Juego, 1968

#EscritoresCubanos #FueraDelJuego

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