Yo te miré a los ojos cuando era niño y bueno. Tus manos me rozaron Y me diste un beso. (Los relojes llevan la misma caden…

La lluvia tiene un vago secreto de… algo de soñolencia resignada y ama… una música humilde se despierta co… que hace vibrar el alma dormida de… Es un besar azul que recibe la Ti…

El mariquita se peina en su peinador de seda. Los vecinos se sonríen en sus ventanas postreras. El mariquita organiza

A Laurita, amiga de mi hermana La luna está muerta, muerta; pero resucita en la primavera. Cuando en la frente de los chopos se rice el viento del sur.

Este pichón del Turia que te mand… de dulces ojos y de blanca pluma, sobre laurel de Grecia vierte y su… llama lenta de amor do estoy pasan… Su cándida virtud, su cuello bland…

Su luna de pergamino Preciosa tocando viene por un anfibio sendero de cristales y laureles. El silencio sin estrellas,

¿Cómo fue? —Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea

En lo alto de aquel monte hay un arbolillo verde. Pastor que vas, pastor que vienes. Olivares soñolientos

Aquel rubio de Albacete vino madre, y me miró ¡no lo puedo mirar yo! Aquel rubio de los trigos hijo de la verde aurora,

Cuatro granados tiene tu huerto. (Toma mi corazón nuevo.) Cuatro cipreses