#1887 #Abrojos #EscritoresNicaraguenses #Modernismo
Miré al sentarme a la mesa, Bañado en la luz del día, El retrato de María, La cubana-japonesa. El aire acaricia y besa,
Marqués (como el Divino lo eres),… Es el otoño y vengo de un Versall… Había mucho frío y erraba vulgar g… El chorro de agua de Verlaine est… Me quedé pensativo ante un mármol…
—Allá está la cumbre. —¿Qué miras?—Un astro. —¿Me amas?—¡Te adoro! —¿Subimos?—¡Subamos! —¿Qué ves?—Una aurora
¿Qué signo haces, oh Cisne, con t… al paso de los tristes y errantes… ¿Por qué tan silencioso de ser bla… tiránico a las aguas e impasible a… Yo te saludo ahora como en versos…
Llegué a la pobre cabaña en días de primavera. La niña triste cantaba, la abuela hilaba en la rueca. —¡Buena anciana, buena anciana,
Carne, celeste carne de la mujer!… dijo Hugo—ambrosía más bien ¡oh ma… la vida se soporta, tan doliente y tan corta, solamente por eso:
¿Que lloras? Lo comprendo. Todo concluido está. Pero no quiero verte, alma mía, llorar. Nuestro amor, siempre, siempre...
Quiero expresar mi angustia en ver… dirán mi juventud de rosas y de en… y la desfloración amarga de mi vid… por un vasto dolor y cuidados pequ… Y el viaje de un vago Oriente por…
¡Su padre los echa! Yo, ha poco,… soberbio, iracundo, lanzarlos de a… No importa, hijos míos; diré como… «¡Dejad a los niños que vengan a m…
Musa, la máscara apresta, Ensaya un aire jovial y goza y ríe en la fiesta Del carnaval. Ríe en la danza que gira,
Pues tu cólera estalla, justo es que ordenes hoy ¡oh Padre… una edición de lujo del infierno digna del guante y frac de la cana…
Mar armonioso, mar maravilloso, tu salada fragancia, tus colores y músicas sonoras me dan la sensación divina de mi i…
El pensador llegó a la barca negra… y le vieron hundirse en las brumas del lago del Misteri… los ojos de los Cisnes. Su manto de poeta
En el libro lujoso se advierten las rimas triunfales: bizantinos mozaicos, pulidos y raros esmaltes, fino estuche de artísticas joyas,
Sí, yo he escrito estos Abrojos tras largas penas y agravios, ya con la risa en los labios, ya con el llanto en los ojos. Tu noble y leal corazón,