#EscritoresMexicanos Otra voz (1936)
Flor de las adormideras: engáñame y no me quieras. ¡Cuánto el aroma exageras, cuánto extremas tu arrebol, flor que te pintas ojeras
No es Cuba, donde el mar disuelve… No es Cuba —que nunca vio Gaugin, Que nunca vio Picasso—, Donde negros vestidos de amarillo… Rondan el malecón, entre dos luces…
Pero soy como me hiciste, Diosa, Entre las líneas iguales de tus fl… Como plomada de albañil segura, Y como tú: como una llama fría. Sobre el eje de tu nariz recta,
Exhalación clara que anhelas —a no perturbar un temblor— por iluminar si desvelas, por dormir si enciendes amor. Desde el hombro donde reposas,
El más impersonal de los respetos morales, el círculo más exterior de los círculos concéntricos que acabamos de recorrer es el respeto a la naturaleza. No se trata ya de la naturaleza h...
La voluntad moral trabaja por humanizar más y más al hombre, levantándolo sobre la bestia, como un escultor que, tallando el bloque de piedra, va poco a poco sacando de él una estatua. ...
Es Toledo ciudad eclesiástica. Para sola una noche del año, Sus vides domésticas Dan un vino claro. Un vinillo que el gusto arrebola
A Cuernavaca voy, dulce retiro, cuando, por veleidad o desaliento, cedo al afán de interrumpir el cue… y dar a mi relato algún respiro. A Cuernavaca voy, que sólo aspiro
En vano ensayaríamos una voz que l… alma mía que no tuviste a quien he… En vano buscamos, necios, en ondas… Reflejos que nos pinten las estrel… Como el perro callejero, en quien…
La cifra propongo; y ya casi tengo el artificio, cuando se abre el precipicio de la palabra vulgar. Las sirtes del bien y el mal,
Asustadiza gracia del poema: flor temerosa, recatada en llema. Y se cierra, como la sensitiva, si la llega a tocar la mano viva. Mano mejor que la mano de Orfeo,
Cancioncita sorda, triste, desafinada canción; canción trinada en sordina y a hurtos de la labor, a espaldas de la señora;
Hoy tuvimos noticia del poeta: Entre el arrullo de los órganos de… Y colgados los brazos de las últim… Detuvo su caballo. El campamento de mujeres batía pal…
No: aquí la tierra triunfa y manda —caldo de tiburones a sus pies. Y entre arrecifes, últimas cumbres… Las esponjas de algas venenosas Manchan de bilis verde que se torn…
Quédate callado y solo: casi todo sobra y huelga. De la rama el fruto cuelga y la rosa del peciolo, no a efectos del querer sólo,