La rosa de oro no se marchita ni tiene aroma el cielo ajeno que te envenena

Alguien limpia la celda de la tortura que no quede la sangre ni la amargura alguien pone en los muros

Llegan de atrás pero no importa son nuevas en verdad alentadoras marx se sabía su shakespeare de me… y el che sentía latir

Usted quiere matarse en nuestro no… ahí en el inestable centro del mundo solo frente al espejo avejentado usted quiere matarse en nuestro no…

El primero de enero de mil novecientos sesenta y nueve la señora de lot gusana del vedado no resiste el consuelo de la tenta…

Un tal Lázaro Vélez se incorporó en su tumba, se despojó lentamente de su sudario, abandonó el camposanto y empezó a caminar en dirección a su casa. A medida que iba siendo reconocido, ...

Después de tanto tiempo y en un aire de nieve hallo por fin a Carlos a Lilian al flaco vivieron

Cuando usaban los mozos chisteras… protegían mejor sus turbios pensam… ahora los exhiben desenfadadamente en sus esplendorosas calvas a la i… y de inmediato acuden los buitres…

Cielito cielo que sí cielo del sesenta y nueve con el arriba nervioso y el abajo que se mueve que vengan o que no vengan

Uno llega con sus ojos de buey con sus dedos de frente o con sus pies de plomo todo eso y además

Al principio eras niño como yo pero mucho más ágil no sólo me advertías de la baldosa floja