San Isidro, estoy cansada, Yo te dejo mi herramienta. Tú, que nunca fatigado estuviste —ni en tormenta—, tú, que todo lo rezabas

Miradme aquí, clavada en una silla, escribiendo una carta a las paloma… Miradme aquí, s que ahora podéis mirarme.

Dediqué mi libro Dediqué mi libro a una niña de un… y le gustó tanto, que se lo comió.

Nadie me quiso tanto como yo quise. Siempre gané amando. Soy medalla de oro en saltos de ternura.

Algo me pasa que en mi pecho exist… Vuelan hormigas y discurren peces. Suena la sangre y el tambor convoc… Hay un incendio cerca de mi pulso. De nuevo el tigre lanza su mensaje…

Nací para poeta o para muerto, escogí lo difícil —supervivo de todos los naufragios… y sigo con mis versos, vivita y coleando.

En mi cara redondita tengo ojos y nariz, y también una boquita para hablar y para reír. Con mis ojos veo todo,

Todo el pasado se quiere apoderar… y yo me quiero apoderar del futuro… me dislocan la cabeza para que mir… y yo quiero mirar adelante. No me asustan la soledad y el sile…

Lo importante de un niño no es que sea un empollón y recite como un loro sin entender la lección. Lo importante de un gato

Cuando un árbol gigante se suicida… harto de estar ya seco y no dar pá… sin esperar al hombre que le tale, sin esperar al viento, lanza su última música sin hojas

En las noches claras, resuelvo el problema de la soledad… Invito a la luna y con mi sombra s…

¿Dónde está Dios?... Se ve, o no… Si te tienen que decir dónde está… De nada vale que te diga que vive… Que Dios está en las flores y en… en los pájaros y en las llagas,

Kikirikí, estoy aquí, decía el gallo Colibrí. El gallo Colibrí

La gallinita, en el gallinero, dice a su amiga —Cuánto te quiero. Gallinita rubia

Cristales de tu ausencia acribilla… que se esparce en la noche por el glacial desierto de mi alco… —Yo quisiera ser ángel y soy loba—… Yo quisiera ser luminosamente tuya