#EscritoresArgentinos
Absorto tedio abierto ante la fosanoche inululada que en seca grieta abierta subsonr… abierto insisto insomne a tantas m… hacia un destiempo inmóvil de tan…
Cuerpos que se reintegran. Cabezas flotantes de caucho. Al tornearles los cuerpos a las bañistas, las olas alargan sus virutas sobre el aserrín de la playa. La sombra de los toldos. L...
El no el no inóvulo el no nonato el noo el no poslodocosmos de impuros cer…
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de q...
No soy quien escucha ese trote llovido que atraviesa mi… No soy quien se pasa la lengua ent… al sentir que la boca se me llena… No soy quien espera,
Eh vos tatacombo soy yo dí no me oyes
¿merezco su presencia? ¿Me sacaré el sombrero? . Bien plantado en la tierra, las nubes se enmarañan en sus duro…
La noche, navegando como ayer, como siempre, por aguas de silencio, de calma,
Los surtidores pulverizan una lasitud que apenas nos deja meditar con los poros, el cerebelo y la na… ¡Estanques de absintio
Tardará, tardará. Ya sé que todavía los émbolos, la usura, el sudor,
Nunca he dejado de llevar la vida humilde que puede permitirse un modesto empleado de correos. ¡Pues! mi mujer —que tiene la manía de pensar en voz alta y de decir todo lo que le pasa p...
Douarnenez, en un golpe de cubilete, empantana entre sus casas corrió dados, un pedazo de mar,
Buenas noches, lechuza. Me agrada la presencia de tus ojos… y ver pastar las sombras debajo de… Pero hay algo esta noche, desazonado,
Con mi yo y mil un yo y un yo con mi yo en mí yo mínimo larva llama lacra ávida
El bermellón gritaba. Gritaba el verde nilo. El granate, el cobalto, el índigo gritaban. Del negro, al escarlata