Donde habite el olvido, 1932 - 1933
#EscritoresEspañoles #Generación27 #SigloXX
Así como en la roca nunca vemos La clara flor abrirse, Entre un pueblo hosco y duro No brilla hermosamente El fresco y alto ornato de la vida…
Como una vela sobre el mar resume ese azulado afán que se lev… hasta las estrellas futuras, hecho escala de olas por donde pies divinos descienden…
Donde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo sólo sea Memoria de una piedra sepultada en… Sobre la cual el viento escapa a s…
En soledad. No se siente el mundo, que un muro sella; la lámpara abre su huella sobre el diván indolente. Acogida está la frente
Quiero vivir cuando el amor muere; muere, muere pronto, amor mío. Abre como una cola la victoria pur… aunque el amante se crea sepultado… aunque grite:
¿Mi tierra? Mi tierra eres tú. ¿Mi gente? Mi gente eres tú. El destierro y la muerte
Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la… o iracundo como órgano impetuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juvenile…
Si el hombre pudiera decir lo que… Si el hombre pudiera levantar su a… Como una nube en la luz; Si como muros que se derrumban, Para saludar la verdad erguida en…
Urbano y dulce revuelo suscitando fresca brisa para sazón de sonrisa que agosta el ardor del suelo; pues si aquel mudo señuelo
Va la brisa reciente por el espacio esbelta, y en las hojas cantando abre una primavera. Sobre el límpido abismo
Escondido en los muros este jardín me brinda sus ramas y sus aguas de secreta delicia. Qué silencio. ¿Es así
El tiempo, insinuándose en tu cuer… tal la nube de polvo en fuente pur… aquella gracia antigua desordena y clava en mí una pena silenciosa. Otros antes que yo vieron un’ día,
¿Volver? Vuelva el que tenga, Tras largos años, tras un largo vi… Cansancio del camino y la codicia De su tierra, su casa, sus amigos, Del amor que al regreso fiel le es…
No decía palabras, acercaba tan sólo un cuerpo interr… porque ignoraba que el deseo es un… cuya respuesta no existe, una hoja cuya rama no existe,
En ocasiones, raramente, solía encenderse el salón al atardecer, y el sonido del piano llenaba la casa, acogiéndome cuando yo llegaba al pie de la escalera de mármol hueca y resonante, ...