Este clima de asfixia que impregna… de una anhelante angustia de pez r… Este hedor adhesivo y errabundo, que intoxica la vida y nos hunde en viscosas pesadillas…

¿Que las poleas ya no se contentan con devorar millares y millares de dedos meñiques? ¿Que las máquinas de coser amenazan zurcirnos hasta los menores intersticios? ¿Que la depravación d...

Con frecuencia voy a visitar a un pariente que vive en los alrededores. Al pasar por alguna de las estaciones —¡no falla ni por casualidad!—el tren salta sobre el andén, arrasa los equi...

sola Bella, tiene justo el grandor que queda bien, en la tela que pintan las inglesas. Isola Bella, con su palacio y hasta con el lema del escudo de sus puertas de pórfido: ¡Salones! ...

En la eropsiquis plena de húespede… enlunadados muslos de estival epic… tumultos extradérmicos excoriaciones fiebre de noche que… y aola aola aola

Eh vos tatacombo soy yo dí no me oyes

En el fondo de la calle, un edific… Las sombras se quiebran el espinaz… Con un brazo prendido a la pared,… Las miradas de los transeúntes ens… Junto al cordón de la vereda un qu…

¡Azotadme! Aquí estoy, ¡azotadme! Merezco que me azoten. No lamí la rompiente,

Si hubiera sospechado lo que se oye después de muerto, no me suicido. Apenas se desvanece la musiquita que nos echó a perder los últimos momentos y cerramos los ojos para dormir la ete...

Hay que ingerir distancia, lanudos nubarrones, secas parvas de siesta, arena sin historia, llanura,

Íbamos entre cardos, por la huella. La vaca me seguía. No quise detenerme, darme vuelta.

Menos rodante dado deliquio sumo psíquico que mana de… sed viva encelo ebrio chupón

Abra casa de gris lava cefálica y confluencias de cúmulos recuerdo… casa de alas de noche de rompiente… e hipertensos tantanes de impresen…

Abra casa de gris lava cefálica y confluencias de cúmulos recuerdo… casa de alas de noche de rompiente… e hipertensos tantanes de impresen…

Cobayo lívido engendro digo de puna que enquena el aire y en uniqueja isola su yo cotudo d… Yo cobayo de altura