¡De qué callada manera se me adentra usted sonriendo, como si fuera la primavera! (Yo, muriendo.)

Quisiera hacer un verso que tuviera ritmo de Primavera; que fuera como una fina mariposa rara,

Sencilla y vertical, como una caña en el cañaveral. Oh retadora del furor genital: tu andar fabrica para el espasmo g…

Guardo de Paul Éluard una mirada pura, un rostro grave y aquella forma entre severa y sua… de hablar. Con el albor del día fuimos en su…

Como el conocido señor Jourdain, que a los cuarenta años aprende de su profesor de filosofía que ha estado hablando en prosa sin saberlo, bien pudiera decirse que no pocos prosistas, y ...

Por el camino de la mar vino el pirata, mensajero del Espíritu Malo, con su cara de un solo mirar y con su monótona pata

Cerca de ti, ¿por qué tan lejos ve… ¿Por qué noche decir, si es mediod… Si arde mi piel, ¿por qué la tuya… si digo vida yo, ¿por qué tú muert… Ay, ¿por qué este tenerte sin tene…

La noche morada sueña sobre el mar; la voz de los pescadores mojada en el mar; sale la luna chorreando

Tus venas, la raíz de nuestros árb… La raíz de mi árbol, retorcida; La raíz de mi árbol, de tu árbol, De todos nuestros árboles, Bebiendo sangre, húmeda de sangre,

Te lo dije. Siempre te lo decía, porque no fue cosa de una vez. Ten cuidado, no jures que me amarás hasta la muerte,

¡Ay que linda mi bandera, mi banderita cubana, sin que la manden de afuera, ni venga un rufián cualquiera a pisotearla en La Habana!

Ana María, la trenza que te cae sobre el pecho, me mira con ojos de serpiente desde su piel torcida.

Elvio Romero, mi hermano, yo partiría en un vuelo de avión o de ave marina, mar a mar y cielo a cielo, hacia el Paraguay lejano,

Vi el corderito blanco, niño entre los corderos, con un gran tajo rojo desangrarse en silencio. Cerca, en la tarde fría,

Brizna, pequeño tallo verde, en la tierra oscura. ¿de qué selva minúscula eres baobab, de cuántos pájaros-pulgas guardan