#EscritoresEspañoles #Generación27
Necesito de ti, de tu presencia, de tu alegre locura enamorada. No soporto que agobie mi morada la penumbra sin labios de tu ausen… Necesito de ti, de tu clemencia,
Yo me acerqué hasta tu vera con miedo, ¿por qué negarlo? En las sienes me latían cincuenta y dos desengaños; gris de paisaje en los ojos,
Mira cómo se me pone la piel cuando te recuerdo. Por la garganta me sube un río de sangre fresco de la herida que atraviesa
Se iba el tren, y quedaba, en el aire una mancha no sé si negra o blanca de tu brazo... ¡Ay distancia
¿Sepuede pasá? ¿Qué hay, tropa? ¿Qué espera usté? ¿Mi sombrero? Mejor está en mi cabesa que corgao en er perchero. Y además son hijos míos
Decir “te quiero” con la voz velad… y besar otros labios dulcemente, no es tener ser, es encontrar la f… que nos brinda la boca enamorada. Un beso así no quiere decir nada,
Lo mataron en Granada, una tarde de verano y todo el cielo gitano recibió la puñalada... Sangre en verso derramada,
Al Museo de Sevilla iba a diario Juan Miguel a copiar la maravillas de Murillo y Rafael. Y por las tardes, como una rosa
En el estanque del día se han mojado tus palabras. El «no» sin eco posible de tu voz embalsamada, se está muriendo de frío
¿Te acuerdas de aquella copla que escuchamos aquel día sin saber quién la cantaba ni de qué rincón salía? Pero qué estilo, qué duende,
—¿De dónde vienes tan tarde? ¡Dime, di! ¿De dónde vienes? —Vengo de ver unos ojos verdes como el trigo verde. El sueño juega y se esconde
Siempre pegada a tu muro y al filo de tus almenas; siempre rondando el castillo de tu amor; siempre sedienta de una sed mala y amarga
Fue hacia la tercera luna cuando lo sintió en los centros. Estaba sobre la hierba, tumbada de cara al cielo —viendo la tarde morirse
El día trece de julio yo me tropecé contigo. Las campanas de mi frente, amargas de bronce antiguo, dieron al viento tu nombre
No lo sabe mi brazo, ni mi pierna, ni el hilo de mi voz, ni mi cintur… ni lo sabe la luna que está intern… en mi jardín de amor y calentura. Y yo estoy muerto, sí, como una ti…