El desaliento
¡Por qué empeñarse en buscar
a quién se quiere esconder!
Si Dios no se deja ver,
alma, ¿cómo les has de hallar?
Y aún pretendes lograr
que esa esfinge que se esconde
y calla, te diga dónde
recobrarás a tu muerta.
¡Ilusa, llama a otra puerta,
que en ésta nadie responde!
La esperanza
—Hay que empeñarse en buscar
a quien se quiere esconder.
Si Dios no se deja ver,
alma, le tienes que hallar
por fuerza.
Y has de lograr
que esa esfinge que se esconde
y calla, te diga dónde
recobrarás a tu muerta.
¡Si la Fe llama a una puerta,
el Amor siempre responde!