...Eres tan misteriosa como la voz del viento
Eres tan atrayente como un abismo ¡Abismo
lleno de rosas frescas!... Eres como el contento,
expresiva y voluble.
Ama el romanticismo
tu alma, le dispensa igual recibimiento
a la blanca ilusión que al negro sensualismo.
Eres tan turbadora como un presentimiento,
y cruel y a la paz piadosa, tal como un espejismo.
Por esas vaguedades que en tu ser adivino,
por saberte dudosa, por saberte imprecisa,
y porque nada esperas de Dios ni del destino.
Yo amo tu alma, sutil como un jirón de brisa,
y tu cuerpo estatuario, que son la ostia y el vino
con que consagro a Venus esta erótica misa.