#EscritoresEspañoles #Generación27 #SigloXX
Frontera de lo puro, flor y fría. Tu blancor de seis filos, compleme… en el principal mundo, de tu alien… en un mundo resume un mediodía. Astrólogo el ramaje en demasía,
Por fin trajo el verde Mayo correhuelas y albahacas a la entrada de la aldea y al umbral de las ventanas. Al verlo venir se han puesto
Coronad a la escoba de laurel, mir… Es el héroe entre aquellos que afr… Para librar del polvo sin vuelo ca… bajó, porque era palma y azul, des… Su ardor de espada joven y alegre…
Abiertos, dulces sexos femeninos, o negros, o verdales: mínimas botas de morados vinos, cerrados: genitales lo mismo que horas fúnebres e igua…
Traspasada por junio, por España y la sangre, se levanta mi lengua con clamor a llamarte. Campesino que mueres,
Por desplumar arcángeles glaciales… la nevada lilial de esbeltos dient… es condenada al llanto de las fuen… y al desconsuelo de los manantiale… Por difundir su alma en los metale…
“Me quedaré en España, compañero”… me dijiste con gesto enamorado. Y al fin sin tu edificio trotante… en la hierba de España te has qued… Nadie llora a tu lado:
El último y el primero: rincón para el sol más grande, sepultura de esta vida donde tus ojos no caben. Allí quisiera tenderme
Fuera menos penado si no fuera nardo tu tez para mi vista, nardo, cardo tu piel para mi tacto, cardo… tuera tu voz para mi oído, tuera. Tuera es tu voz para mi oído, tuer…
Dos especies de manos se enfrentan… brotan del corazón, irrumpen por l… saltan, y desembocan sobre la luz… a golpes, a zarpazos. La mano es la herramienta del alma…
Todas las madres del mundo, ocultan el vientre, tiemblan, y quisieran retirarse, a virginidades ciegas, el origen solitario
Las gramas, las ortigas en el otoño avanzan con una suavidad y una ternura largas. El otoño, un sabor
Sonreír con la alegre tristeza del… Esperar. No cansarse de esperar l… Sonriamos. Doremos la luz de cada… en esta alegre y triste vanidad de… Me siento cada día más libre y más…
El amor ascendía entre nosotros como la luna entre las dos palmera… que nunca se abrazaron. El íntimo rumor de los dos cuerpos hacia el arrullo un oleaje trajo,
Ante la vida sereno, y ante la muerte, mayor; si me matan, bueno: si vivo, mejor. No soy la flor del centeno