Si lloviera esta noche, retiraríam… de aquí a mil años. Mejor a cien no más. Como si nada hubiese ocurrido, har… la cuenta de que vengo todavía.

Sin haberlo advertido jamás, exces… y sin agencias de pecho en pecho hacia la madre u… Hasta París ahora vengo a ser hij… Hombre, en verdad te digo que eres…

Vusco volvvver de golpe el golpe. Sus dos hojas anchas, su válvula que se abre en suculenta recepción de multiplicando a multiplicador, su condición excelente para el pla…

Tengo fe en ser fuerte. Dame, aire manco, dame ir galoneándome de ceros a la izquier… Y tú, sueño, dame tu diamante impl… tu tiempo de deshora.

Alfan alles a adherirse a las junturas, al fondo, a los te… al sobrelecho de los numeradores a… Alles y cadillos de lupinas parvas… Al rebufar el socaire de cada cara…

Zumba el tedio enfrascado bajo el momento improducido y caña… Pasa una paralela a ingrata línea quebrada de felicida… Me extraña cada rmeza, junto a esa…

Al ras de batiente nata blindada de piedra ideal. Pues apenas acerco el 1 al 1 para no caer. Ese hombre mostachoso. Sol, herrada su única rueda, quinta y p…

Niños del mundo, si cae España –digo, es un decir– si cae del cielo abajo su antebrazo que a… en cabestro, dos láminas terrestre…

Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos. Flotáis nadamente detrás de aquesa membrana que, péndula de...

Al borde de un sepulcro florecido transcurren dos marías llorando, llorando a mares. El ñandú desplumado del recuerdo alarga su postrera pluma,

Los mineros salieron de la mina remontando sus ruinas venideras, fajaron su salud con estampidos y, elaborando su función mental cerraron con sus voces