#Escritoras #EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros #ParaNiños #SigloXX
Nombres tuyos, nombres míos, que recibimos de ayer como el agua de los ríos y que debes conocer: Bejucos de la Perdiz,
Tiene la vaca bermeja un ternerito de nata. Se lo encontró en el corral un jueves por la mañana. Quiso llevarlo a pasear
¡Jey, vaya, toro, con el arreo! Los toros toros, sus cuernos cuernos, en el camino
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
Le doy al niño de Chile la nueva patria que tengo: limpia y olorosa a limpio, patria dispuesta a quererlo como me quiere ella a mí,
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
Volando sobre el Moncada un zunzuncito llegó; lo saludó con su vuelo, volando se despidió. A la sierra fue el zunzún,
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
Yo tengo un sombrero alón donde cabe un aguacero, y botas que reconocen los caminos del vaquero. ¡Qué bien te sabré domar,
En la Sierra Maestra, con el paisaje, se alzó su vide noble, creció su sangre. Sembrador, guerrillero,
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
Prende tus luces cocuyo de marzo: esta es la noche de hablar con el gallo. Compartiremos
En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.