#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1974 #ElAmorLasMujeresYLaVida
Yo soy la secretaria ideal. Mi jefe es elegante, mi jefe es tan discreto, es alto, es distinguido,
Cuando el barco es dejado por las… a uno le vienen malos pensamientos… alarmas sin razón, carencias natas… pereza para aliarse con los viento… o no prever lo mucho que fatiga
Es mía la inocencia ánfora de cristal tan desvalida que nada me sugieren sus añicos la juventud es mía y es además atávico susurro
Allá abajo la tierra sobrevive se apagan los mejores alguien crece en el odio o se funde y confunde en los amore… desde arriba la suerte es una espu…
Todo el mundo lo admite antes no había y ahora nos asombra que aparezcan en la calle en el quiosco en las e… concurran a las puertas a los timb…
¿Cómo será el mundo cuando no pued… ni escucharlo ni tocarlo ni olerlo… ¿cómo serán los demás sin este ser… ¿o existirán tal como yo existo sin los demás que se me fueron?
A este recién llegado no lo factura la cigüeña a este infante de ahora lo ha traí… la hiena turbia y desmonetizada no pretende irrumpir en el mundo d…
En la sala repleta circuló un aire helado cuando don Luciano, con todo el peso de su prestigio y de su insobornable capacidad de juicio, al promediar su conferencia tomó aliento para de...
Palpen la espiga el cáliz el estam… la huella dibujada por la tierra busquen el cuerpo amado entre los… el que no es miren en qué baldosa de la histori…
Vos también estás asombrado no querés admitir la salvación por… o acaso no podés creer que haya cualesquiera hijos de vecino que metan la vida prójima en el ce…
Este regreso no era obligatorio sin embargo la mano encuentra su cuchara el paso su baldosa el corazón su golpe de madera
De todos los laberintos el mejor es el que no conduce a nada y ni siquiera va sembrando indicio… ya que aquellos otros esos pocos que llevan a alguna par…
Qué suerte siempre iguales hermano vos y yo desde aquella alegría
Quedan las cáscaras de vida la solidaridad de las columnas las pausas del escombro el pavoroso cielo gris la tierra exasperada
Sigo en pie por latido por costumbre por no abrir la ventana decisiva y mirar de una vez a la insolente