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En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
Do Re Mi Fa Sol, ya sube la araña. sol fa mi re do corriendo trabaja. Se mece,
Escóndete, caracol: no asomes tus cuernos largos. Cuando salgas de paseo no saludes a los pájaros, ni con otro caracol
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
¡Que ruede la rueda de pan y canela! Que llegue al campo, que busque el trigo, que diga al agua
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
Moterita de madera llena de polvos de arroz, con tapa de cristal fino y la mota de plumón. ¿De quién será la motera
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol