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Cirio, candil, farol y luciérnaga. La constelación de la saeta. Ventanitas de oro
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura
Yo no quiero más que una mano; una mano herida, si es posible. Yo no quiero más que una mano aunque pase mil noches sin lecho. Sería un pálido lirio de cal.
Debajo de la hoja de la verbena tengo a mi amante malo. ¡Jesús, qué pena! Debajo de la hoja
La hoguera pone al campo de la tar… unas astas de ciervo enfurecido. Todo el valle se tiende. Por sus… caracolea el vientecillo. El aire cristaliza bajo el humo.
Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso no lloran,
Lo llevan puesto en mi sábana mis adelfas y mi palma. Día veintisiete de agosto con un cuchillito de oro. La cruz. ¡Y vamos andando!
Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,
Esquilones de plata Llevan los bueyes. —¿Dónde vas, niña mía, De sol y nieve? —Voy a las margaritas
Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne,
Cuernos de oro y ojos verdes. Sobre el acantilado, en tropel gigantesco, ilustran el azogue
Naranja y limón. ¡Ay de la niña del mal amor! Limón y naranja. ¡Ay de la niña,
Zarzamora con el tronco gris, dame un racimo para mí. Sangre y espinas. Acércate. Si tú me quieres, yo te querré. Deja tu fruto de verde y sombra
Tu voz regó la duna de mi pecho en la dulce cabina de madera. Por el sur de mis pies fue primave… y al norte de mi frente flor de he… Pino de luz por el espacio estrech…
Con todo el yeso de los malos campos eras junco de amor, jazmín mojado. Con sur y llama de los malos cielos