Mario Benedetti
Lo reconstruyo todo signo a signo
y así me reconozco todavía
en estas calles que caminan lentas
por el otoño tantas veces dicho
 
lo bueno es la tristeza repentina
el sortilegio ante un postigo verde
andar al sol como un convaleciente
mirarlo todo respirarlo todo
 
cuelgo la soledad en el perchero
y ella me mira con sus ojos pardos
entonces me conmueve y la descuelgo
y la llevo conmigo a conocerme
 
pues andar por las calles es saberme
es admitir que soy de esta bicoca
aquí pasé vestido por la infancia
desarropado por edades varias
 
aquí aprendí a leer todos los símbolos
aquí aprendí a volar y a derrumbarme
a cantar para adentro mano a mano
malena y bandoneón arrabalero
 
aquí tuve mis nieblas mis garúas
un teléfono harto de amenazas
la magia de los jóvenes y un tira
que me fotografiaba escrupuloso
 
aquí fui réprobo violento tierno
fueron conmigo tiernos y violentos
tengo puertas de amor ventanas de odio
bocas que ultrajan o que besan
 
aquí no me aburrí viví sin tedio
nunca me empalagué de esta dulzura
las olas de tristeza me anegaron
pero sobreviví como dispensa
 
aquí naciente aquí tan existido
tan crónica de siempres y jamases
conozco sus alertas como halagos
sus salvaguardias como tapias
 
aquí del mar aquí de la pradera
aquí del pobre aquí de la osadía
aquí visto de allá tan impreciso
aquí visto de aquí tan transparente
 
revivo aquí con esperanza y duelo
me reconstruyo aquí y me reconozco
en estas calles que caminan lentas
por el otoño tantas veces dicho
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