#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1979 #Cotidianas
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Quién iba a prever que el amor, es… se dedicara a ellos tan formales mientras almorzaban por primera ve… ella muy lenta y él no tanto y hablaban con sospechosa objetivi…
Durante muchos años y tantísimos versos el paisaje no estuvo en mis poemas vaya a saber
Amílcar, viejo compinche: Te extrañará recibir esta carta quilométrica, pero a alguien tengo que contarle mi historia y por algo sos mi amigo, ¿no? Vos bien sabés que técnicamente nunca...
Ven dulce vida / nunca es tarde salta sobre las vallas de aflicció… sobre las confidencias del escombr… sobre los odios vestidos de blanco y las coronas de crisantemos
Ahora es preciso que me encuentre… a solas con la vida de mi muerte como recién nacido como recién asido a la posibilidad de mi no-ser.
Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte
¿Dónde está mi país? ¿junto al río o al borde de la noc… ¿en un pasado del que no hay que h… ¿dónde? ¿en la desolación de la memoria?
Oiga, che—me dijo Medardo Robles, a eso de las dos de la madrugada, en el Café y Bar La Redoblona, mientras empinaba despacito su quinto o sexto espinillar—, ¿por qué no escribe un cuen...
Nunca se consideró un exiliado político. Había abandonado su tierra por un extraño impulso que se fraguó en tres etapas. La primera, cuando lo abordaron sucesivamente cuatro mendigos en...
Lluvia regen pioggia pluie crea cúpulas vértigos confianzas sencillamente cae sobre tus hombro… golpea en el paraguas que no puede sentir que llueve en cuatro en och…
La indiferencia de la roca me conmueve y me aplaza cómo irme desgranando hora a hora
Bien sabía él que la iba a echar d… pero no hasta qué punto iba a sent… no ya como un veterano de la nosta… sino como un mero aprendiz de la s… es claro que la civilizada prevent…
Qué trampa este crepúsculo qué calma desplomada sobre todo qué simulacro inútil qué sonrojo en paz siguen las nubes
Doblé la esquina y el Papa estaba allí, solo y bostezando, con su atuendo blanquísimo, recostado en la pared de ladrillos. Siempre supe que lo iba a encontrar, pero no pensé que sería t...