#EscritoresEspañoles #EscritoresMadrileños #SigloXVI #SigloXVII
Por las ondas del mar de unos cabe… un barco de marfil pasaba un día que, humillando sus olas, deshacía los crespos lazos que formaban de… iba el Amor en él cogiendo en ello…
Si fuera de mi amor verdad el fueg… él caminara a tu divina esfera; pero es cometa que corrió ligera con resplandor que se deshizo lueg… ¡Qué deseoso de tus brazos llego
Deseando estar dentro de vos propi… Lucinda, para ver si soy querido, miré ese rostro que del cielo ha s… con estrellas y sol natural copia; y conociendo su bajeza impropia,
El pastor que en el monte anduvo a… al pie del mismo, derribando un pi… en saliendo el lucero vespertino enciende lumbre y duerme sin recel… Dejan las aves con la noche el vue…
Anticipó la púrpura olorosa un temprano clavel; Fabio admirado dijo a Fenisa que bajaba al prado: «Corta su breve vida, Parca hermo… «Lástima fuera», respondió piadosa…
Cuelga sangriento de la cama al su… el hombro diestro del feroz tirano… que opuesto al muro de Betulia en… despidió contra sí rayos al cielo. Revuelto con el ansia el rojo velo
Cuando las secas encinas, álamos y robles altos, los secos ramillos visten de verdes hojas y ramos; y las fructíferas plantas
Vivas memorias, máquinas difundas, que cubre el tiempo de ceniza y hi… formando cuevas, donde el eco al v… sólo del viento acaba las pregunta… Basas, colunas y arquitrabes junta…
Quejosas, Dorotea, están las flor… que las colores las habéis hurtado… y la frígida nieve se ha quejado de que mayores son vuestros rigore… Quejoso está el amor, que los amor…
Esparcido el cabello por la espald… que fue del sol desprecio y maravi… Silvia cogía por la verde orilla del mar de Cádiz conchas en su fal… El agua entre el hinojo de esmeral…
Ya vengo con el voto y la cadena, desengaño santísimo, a tu casa, porque de la mayor coluna y basa cuelgue de horror y de escarmiento… Aquí la vela y la rompida entena
Gaspar, si enfermo está mi bien, d… que yo tengo de amor el alma enfer… y en esta soledad desierta y yerma… lo que sabéis que paso persuadilde… Y para que el rigor temple, advert…
Dulce Jesús de mi vida, ¡qué dije!, espera, no os vais: que no es bien que vos seáis de una vida tan perdida. Pero si no sois de mí,
¿Quién es aquel Caballero herido por tantas partes, que está de expirar tan cerca, y no le socorre nadie? «Jesús Nazareno» dice
Cuando en mis manos, Rey eterno,… y la cándida víctima levanto, de mi atrevida indignidad me espan… y la piedad de vuestro pecho admir… Tal vez el alma con temor retiro,