Entre mariposas negras va una muchacha morena junto a una blanca serpiente de niebla. Tierra de luz,

Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso no lloran,

Lámparas de cristal y espejos verdes. Sobre el tablado oscuro, la Parrala sostiene una conversación

Debajo de la hoja de la verbena tengo a mi amante malo. ¡Jesús, qué pena! Debajo de la hoja

¡Qué trabajo me cuesta dejarte marchar, día! Te vas lleno de mí, vuelves sin conocerme. ¡Qué trabajo me cuesta

No duerme nadie por el cielo. Nad… No duerme nadie. Las criaturas de la luna huelen y… Vendrán las iguanas vivas a morder… y el que huye con el corazón roto…

Virgen con miriñaque, virgen de Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En tu barco de luces

Silencio de cal y mirto. Malvas en las hierbas finas. La monja borda alhelíes sobre una tela pajiza. Vuelan en la araña gris,

El diamante de una estrella Ha rayado el hondo cielo, Pájaro de luz que quiere Escapar del universo Y huye del enorme nido

Duérmete, niñito mío, que tu madre no está en casa; que se la llevó la Virgen de compañera a su casa.

La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime