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En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Sobre el mar hay una barca, sobre la barca un barquero, sobre el barquero
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,
A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
El tomeguín del pinar con su collar amarillo ya pica en el alpistillo, ya rápido echa a volar. Y va del ateje al güin,
Naranja sobre limón, sobre limones el agua: agua fértil de represa, agua de la nube blanca. Finas espigas de arroz,
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
Moterita de madera llena de polvos de arroz, con tapa de cristal fino y la mota de plumón. ¿De quién será la motera
Jazmín diamela, jazmín de España, jasmín criollo, ¡Ixora blanca! Lirio amarillo,