Un día te da por acaparar las cosas más disímiles
comienzas a reunir hebillas
con herraduras y águilas bicéfalas
corbatas diseñadas con motivos egipcios
plumas de avestruz cencerros candelabros brújulas relojes
haces tu primera incursión a las casas filatélicas
adquieres colecciones completas de estampillas
sobres de primer día representando las piezas teatrales
de los autores más cotizados de la actualidad
mariposas locomotoras humeantes
la toma de la Habana por los ingleses
consultas el horóscopo prevés la posibilidad
de una peregrinación a la Meca un viaje a las pirámides
compras o consigues que te faciliten manuales de latín
de griego de sánscrito aprendes de memoria trozos de Homero
de Ovidio varias gacelas de Hafiz el monólogo de Hamlet
devoras los recuerdos de la infancia
pasas horas íntegras en el cuarto de baño
contemplando tus gestos adecuándolos al viraje de la realidad
a una comunicación que te has empeñado en sostener con
los mudos
al parecer todo está listo no has olvidado por supuesto
mostrarte la lengua ante el espejo
y lo que es mucho más importante las señas
las señas que debes repetir hasta que aprendas
ese lenguaje tan confuso de los dedos
en el que debes recibir y devolver el saludo de tus cómplices
trazar aún muchas palabras sin sonido muchos deseos feroces
de gritar de oír tu propio grito por dentro
las risas de los amigos que te llaman
intercambiar todavía muchos cigarros
una cantidad incalculable de sonrisas
guiños de ojo pitillos de sorber cola
para que llegue al fin tu noche y sepas de repente
que lo que has estado aguardando durante tanto tiempo
que eso para lo cual has malogrado lo mejor de tu vida
eso que durante años te obsedió
hasta hacerte suponer que encontrarlo sería como recuperarte
aparecerá a la salida del trabajo
entre el bullicio de los que pasan enfrascados en sus problemas diarios
entre el vocerío de los que disciernen sobre los temas más
cotidianos
para cruzar tan sólo unas cuantas palabras harto conocidas
y echar a andar protegidos por algo al parecer perfecto
que no retendrán tus abundantes confesiones de este instante
ese olor inaudito que surge de alguna parte
desde algún ángulo increíble de la noche
que anulará todas tus perspectivas
tus preparativos como fiesta de pobre
ante la inminencia brutal de lo imprevisto