El ojo de este pez que aún se agita
no evoca desconcierto sino confirmación
de sus presagios sobre el pobre mundo
el ojo del pez mira
a través de los cuerpos
su milenaria experiencia de sal
le ha otorgado esta trémula pasión de la agonía
y a través de los cuerpos su mirada penúltima
va dejando legados de abras y resacas
el ojo del pez mira y no se apaga
ni siquiera bajo el don de la lluvia
ese siempre esperado
mar de arriba
el pez ya no se mueve ni boquea
pero aun desde el velo de su amnesia
desde el abismo de su poca muerte
el ojo del pez mira mira mira
y es penoso sostener su mirada