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La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
Sobre el mar hay una barca, sobre la barca un barquero, sobre el barquero
Cuenta la estrella Polar que el puerto de Cabañas, los pescadores cubanos la nombraron capitana. Velero con altas velas
¡Del monte cubano vengo, del monte cubano soy! Pinipiní Guásima baría, júcaro amarillo,
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
Escóndete, caracol: no asomes tus cuernos largos. Cuando salgas de paseo no saludes a los pájaros, ni con otro caracol
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
Juana tejedora, téjeme un pañuelo para ir a la boda de don Pirulero. Dame, jardinero,
Prende tus luces cocuyo de marzo: esta es la noche de hablar con el gallo. Compartiremos
La Habana es como una hermosa, limpia, fresca, alegre casa: sus puertas, de par en par, invitan a visitarla. Aquel que a Cuba respete
Ahí viene la gata de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Tírale una
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras