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El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
En la Sierra Maestra, con el paisaje, se alzó su vide noble, creció su sangre. Sembrador, guerrillero,
La Sierra Maestra ¡tan alta, tan grande! ¡tan brava, tan bella! De roca para el tirano; para el patriota, de miel.
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
De parte del aguacero que cubran con un paraguas al retoño del almendro. El coralillo rosado debe prestar atención:
Tiene la vaca bermeja un ternerito de nata. Se lo encontró en el corral un jueves por la mañana. Quiso llevarlo a pasear
Do Re Mi Fa Sol, ya sube la araña. sol fa mi re do corriendo trabaja. Se mece,
A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
¡Tilín! ¡Tilán! Campana de oro de la mañana. ¡Tilín!
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
Palma real, bandera viva en el paisaje clavada, tu nombre lo mece el viento, el viento que llega y pasa. Cuando al ondular susurras
Nene, vanos a dormir; no son horas de reír: duerme el viento, duerme el sol, duermen las gallinas
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.