Con el círculo ecuatorial ceñido a la cintura como a un pequ… la negra, la mujer nueva, avanza en su ligera bata de serpie… Coronada de palmas

Ana María, la trenza que te cae sobre el pecho, me mira con ojos de serpiente desde su piel torcida.

Vino usted de tan lejos, y yo, sin esperarla sabiendo que vendría. ¿Qué hacer, si apenas puedo verla al paso del viento,

Los turistas en el bar: Cantaliso, su guitarra, y un son que comienza a andar. No me paguen porque cante lo que nos les cantaré;

Tendida en la madrugada, la firme guitarra espera: voz de profunda madera desesperada. Su clamorosa cintura,

Pienso en la fría mañana en que te… allá donde La Habana quiere irse… allá en tu suburbio claro. Yo con mi botella de ron y el libro de mis poemas en alemán…

¡Ay, de la Muerte no sé de qué color va vestida y no sé si lo sabré! ¿Mano en el hueso y guadaña, curva guadaña huida,

El alma vuela y vuela buscándote a lo lejos, Rosa tú, melancólica rosa de mi recuerdo. Cuando la madrugada

Yo no voy a decirte que soy un hom… Entre otras cosas falta saber si es que lo puro exis… O si es, pongamos, necesario. O posible.

No porque hayas caído tu luz es menos alta. Un caballo de fuego sostiene tu escultura guerrillera entre el viento y las nubes de la…

Con tanto inglé que tú sabía, Bito Manué, con tanto inglé, no sabe ahora desí ye. La mericana te buca,

Nací donde la caña al cielo fino su verde volador de un golpe lanza… como una vegetal certera lanza que traspasa al partir el aire fin… El mar pasé. Las olas un camino

Murió callada y provincial. Tenía llenos los ojos de paz fría, de lluvia lenta y lenta melodía. Su voz, como un cristal esmerilado… anunciaba un resplandor encerrado.