No hay nada más reconfortante
que sentir como que se amoldan
a tus deseos
Como te hacen la vida cómoda,
se ajustan a tus formas,
se adaptan a tus imperfecciones,
deformidades y rarezas,
sin una queja, ni un pero.
Como te aíslan de los obstáculos
las trabas, las inclemencias,
Te ofrecen holgura y bienestar
te acompañan en la senda
sin desfallecer jamás
No hay nada, como confiar
sentir cercano el apego,
el instinto protector
de quién vigila tu transito
y escolta tu caminar.
No estimamos su importancia
ni apreciamos su valor,
hasta el día que nos faltan
y perdemos su calor.
Por ti entregan la piel
Se la dejan por los suelos
Sin reproches ni quejas
como buenos compañeros
Tuve que prescindir de vosotros
Me he quedado perplejo
¡Cómo os echo de menos. ..!
¡Cuánta gente se ha amoldado a mi
igual que... unos zapatos viejos. ..!