¿Quieres comer calabaza? tendrás que sembrar semillas, mucho antes labrar la arcilla, estercolar bien la haza, asumir las amenazas,

A nuestros egos insaciables les hace falta un escarmiento tal vez un nuevo ordenamiento que incluya menos variables. En esta sociedad insociable,

Siempre hay tiempo, nos decimos, pero lento va pasando la pasión se va apagando y aquel sueño... no cumplimos. Aún con precinto de garantía

No hay nada más reconfortante que sentir como que se amoldan a tus deseos Como te hacen la vida cómoda, se ajustan a tus formas,

No existe absoluta certeza, tampoco verdad concluyente, Hoy necesita la gente, quizás por naturaleza, sentir el apoyo, la fuerza

Tras el monte de la vuelta, laderas de Tacoronte, el vetusto y arcano sol al lubrican sumergido liba el brumoso horizonte.

Sin saber dónde me meto, traspaso el umbral sombrío y dejo mi verso desnudo en manos del albedrío. Me apasiona el desafío

Funde el pobre sus deseos en un cóctel de problemas. se debate entre el dilema, de lidiar el contratiempo o exprimir de los momentos

Diferentemente iguales, opuestamente idénticos, nexo de unión ecléctico que nos hace inseparables. Y a pesar de imponderables,

Escribo, sin saber porqué, pero persisto y escribo, con el pie presto al estribo de ese imperioso corcel que va emborronando el papel

Bécquer en su glorieta, desgrana la flor del lirio. Amor no correspondido, mas que gozo, es un martirio. Entre umbrías arboledas