Una vez hubo un hombre por Mantua o por Sibanicú, que le nombraban JuanCandela y que era de pico fino para contar cosas. Fue antes de la restricción de la zafra, que se juntaban por eso...
En el rancho todos sabíamos lo que le estaba pasando a Fidencio: la fiebre. Era natural. Tenía que ser así. No en vano se mete uno por entre los pantanos “burreando” leña sobre el lomo,...
Éramos cuatro a bordo y vivíamos de pescar langostas. El Eumelia tenía un solo palo y cuando de noche un hombre llevaba entre las manos o las piernas el mango del timón, tres dormíamos ...