Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma. Es en ti la ilusión de cada día.

Plena mujer, manzana carnal, luna calien… espeso aroma de algas, lodo y luz machac… qué oscura claridad se abre entre tus co… Qué antigua noche el hombre toca con sus… Ay, amar es un viaje con agua y con estr…

La casa en la mañana con la verdad revue… de sábanas y plumas, el origen del día sin dirección, errante como una pobre ba… entre los horizontes del orden y del sue… Las cosas quieren arrastrar vestigios,

Cuando yo muera quiero tus manos en mis… quiero la luz y el trigo de tus manos am… pasar una vez más sobre mí su frescura: sentir la suavidad que cambió mi destino… Quiero que vivas mientras yo, dormido, t…

Quítame el pan si quieres, quítame el aire, pero no me quites tu risa. No me quites la rosa, la lanza que desgranas,

Hoy que es el cumpleaños de mi hermana,… nada que darle, nada. No tengo nada, her… Todo lo que poseo siempre lo llevo lejos… A veces hasta mi alma me parece lejana. Pobre como una hoja amarilla de otoño

En el mar tormentoso de Chile vive el rosado congrio, gigante anguila

Yo te he nombrado reina. Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras. Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.

Era el crepúsculo de la iguana. Desde la arcoirisada crestería su lengua como un dardo se hundía en la verdura, el hormiguero monacal pisaba

De cama en cama en cama es este viaje el viaje de la vida. El que nace, el herido y el que muere,

En mi cielo al crepúsculo eres como una… y tu color y forma son como yo los quier… Eres mía, eres mía, mujer de labios dulc… y viven en tu vida mis infinitos sueños. La lámpara de mi alma te sonrosa los pie…

La mariposa volotea y arde—con el sol—; a veces. Mancha volante y llamarada, ahora se queda parada sobre una hoja que la mece.