Porque tenerte es deleitarme y agonizar en cada soplo…
Porque la dicha brota desde el crisol de mis ojos cuando al mirarte me miro…
Porque de súbito, el miedo anega al corazón,
Y me dice en silencio que nuestras pupilas no son nuestras.
Porque amarte es vivir y morir en cada beso…
Porque el ígneo deseo hierve en la sangre cuando nuestras pieles se rozan…
Porque en silencio, la soledad llegará a mi puerto
Y susurrará a mi oído que el amor es un juego perdido.