Tus labios de mariposa se durmieron.
Tu boca ya no sabe que
Es boca en arrullo;
La que quería dar besos de azúcar.
El engaño, los labios
Que duramente besan y los
Besos de arena
Te enseñaron que la boca
Tuya no debía besar;
Que el almíbar debía ser
Roce de duro metal.
Con paso del tiempo tus
Labios cambiaron:
Cayeron de golpe haciendo
Añicos al rubí,
Ocultaron sus perlas.
Entonces aprendieron a vivir
A su manera: palpando
Con pétalos de hierro,
A dar arrumacos de
Cenicienta harina.
Tu boca de seda
Endureció, cual duro callo,
Se volvió cicatriz y
Construyó un capullo
Donde encerró a la mariposa.
Hasta que un día
La tierra humedeció tus labios
Y los pintó de negro;
Los regresó al roce
Sordo, mudo y ciego.
Ahora tu boca no sabe
Si es mariposa, si es arrullo.
Ahora tu boca solo besa como
Besan los recuerdos.