Seré el milímetro que nos aleja,
el muro que nos separa.
Seré el deseo que mi mirada confiesa,
el beso en el portal y
las embestidas en la madrugada.
Seré la revolución que por dentro te sacude,
la piel que rozar te excita,
también el asfalto que en tus rodillas se clava y hunde,
la flor que se marchita.
Seré el odio que en tus venas se diluye.
Seré tu plaga de mariposas,
y sé que aunque lo intentes,
no podrás ahogarlas todas.