Mar De Lágrimas

Quemadura emocional

Una reflexión de mi proceso de autoconocimiento

Siento como si tuviera la piel en carne viva.

Desde hace tiempo que ha costado decir lo que siento, lo único que sabía hacer era llorar pues las palabras nunca salían, me metía a bañar para calmar esa rabia y mientras lloraba enojada me tallaba fuerte con el estropajo, sin importar que me doliera, quitándome capas de piel, pues ese dolor me calmaba, sentía que mientras más me tallaba, esa piel que quitaba la rabia se llevaba.

Por tanto tiempo me tallé tan fuerte que dejé mi piel en carne viva. Ahora el agua se convierte en punzadas sobre mi piel, como si cada gota fuera una aguja, recordándome constantemente mi vulnerabilidad.
El sol parece quemar más que nunca, los rayos penetran mi piel dejándome una sensación de quemazón que se queda aún cuando ya no es de día.
Cada roce, cada tacto se siente como si mis nervios estuvieran expuestos, enviando señales de dolor a mi cerebro y quedando un dolor que persiste aún cuando la mano deja de tocarme.

Llevo tiempo intentando reparar esas heridas y cada día busco un remedio para lograr que en un punto cicatricen, pues esa sensibilidad ha nublado mi cordura, me hace explotar y ya no quiero seguir sintiendo esa ira.

Pero aunque el sol queme, el agua siga punzando, y el tacto me duela, sé que cada vez que busco un remedio es un acto de amor hacia mi misma, una afirmación de que merezco sanar y cada día me acerco más a ella.

Y en algún punto esa piel en carne viva cicatrizará y esas cicatrices serán una historia de fortaleza, recordándome a mi misma que el dolor no define mi existencia.

Piaciuto o affrontato da...
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