Lo que quedó pendiente
Un duelo eterno de aceptación
Espero que sepas que te extraño,
que cada día me acuerdo de ti,
de nuestras pláticas,
de las tardes en tu jardín.
Espero que sepas que me arrepiento,
por si alguna vez el orgullo nubló mi cordura
y no te traté como lo merecías.
Solo espero que sepas que te extraño
y que haría todo por tenerte de nuevo en mi vida.
Más que nada,
porque sé que nuestra amistad era genuina.
Espero que sepas que siempre te he deseado lo mejor
y que en mi mente nunca habitó un mal pensamiento.
A veces me sorprende lo determinada que eres,
y me entristece pensar que no hay nada que pueda hacer
para que regreses.
Espero que sepas que las personas cambian,
que es posible aprender de los errores,
y que hay días en los que no duermo pensando
si lo que pasó fue tan grave
como para dejarme colgando.
Espero que sepas que te extraño,
y he aprendido a vivir con la idea de no ser cercanas.
Siempre pienso que sería fácil aceptar que ninguna de las dos se quiere,
Y creo que lo que más me está costando es aceptar que tú eres la que ya no me quieres.
He aceptado que ya tienes otras amigas,
y tal vez tú no me extrañas.
Solamente quiero que sepas que,
aunque el tiempo avance y todo cambie,
llevo nuestra amistad en el alma.
Perdón si todo suena muy intenso,
pero es lo que siento,
porque dentro de mí sigue viva la esperanza
de volver a tener un comienzo.
