Laberintos en tu cuerpo
cada vez que entro en ti.
Doy camino por tus venas
corre y recorre.
El sube y baja de mi sexo,
el tuyo juega a fuga y sequía.
Ardua y plenamente
se van entrelazando.
Cada orificio
cada hoyo
de tu cuerpo
es un túnel
una opción
una salida
cuando realizo
lo perdido que estoy
en este
y cualquier mundo.
Pero todo acaba por abrumarme
cuando de pronto corro de mis miedos
y me la corro en ti.
Y después de habérmelo prohibido
me uno una vez más
al tudo mutánico de la sexualidad.
—Montpellier