Quiero que mi sarcófago sea blanco
cuando me muera.
No quiero flores
se me hacen falsas.
Quiero que lloren.
Que se arrepientan.
Que les carcoma la carga.
Que ya no puedan mirarse al espejo.
A ver ese mambo
Apúntense del dedo,
entre ustedes,
para ver de quién es la culpa,
mientras yo me estremezco a carcajadas
en mi tumba.
Con ustedes, quienes me enterraron viva,
juguemos a la ruleta rusa
¿quién será el próximo,
quién pisará mis talones muertos?
Quizás tú
o él
o los dos
o quizás
simplemente
BANG.
—Barcelona