En su alma tiene una pena
Que no puede disimularla:
No dejara descendencia en esta tierra
Arrebatándole esa dicha inmaculada.
Entre sus brazos no llevara un infante
Para acurrucarlo y para apapacharlo,
Sangre de su sangre y carne de su carne,
Fruto del amor fecundo y apasionado.
No oira el llanto de su niño
Ni se empaparan sus labios con canciones de cuna,
Asi lo quiso el destino impio
Y esta sera la razon de su amargura.
Noches enteras miro al cielo
Rogando al Creador por ese hijo que no vendra;
Quebranto y desolacion hay en su pecho
Y una tristeza mas grande que la inmensidad.