Hoy el día ha llegado,
y todos reunidos, aquí estamos.
para decirte tantas cosas que quiero,
y agradecer todo lo que me has enseñado.
Gracias, por cada letra que me enseñaste,
gracias, por tu paciencia y tolerancia,
gracias, por el amor que me demostraste
como una madre a su hijo entrega.
A mi mente vienen tantos recuerdos,
como el día, que a tu aula llegué
muy asustada, sin saber que hacer,
pero escuché tu voz y me sentí confiada.
Recuerdo, cuanto me costó leer,
pero tú, me enseñaste a no desfallecer,
a no temer a lo desconocido,
Y a que querer es poder, jamás lo olvidaré.
Supiste en causar mi espíritu
con tu consejo oportuno,
supiste pulir mi carácter,
con tu paciencia y tolerancia.
Maestra querida, como no agradecer
los momentos que a mi lado pasaste,
vibrando con mis triunfos o
haciendo tuyo mi dolor.
Decirte adiós no puedo,
porque parte de ti, quedará por siempre
entre las aulas y pasillos de la escuela,
solo diré hasta pronto querida maestra.