Mis ojos sólo perciben el color de tu nuevo hogar
Las flores que yacen a tus costados
nada más son un adorno que no logran llenar el vacío de tu ausencia
Los individuos que espero no sean más de dos
merodean este cementerio con la intención de rezar por ti
Observo mi rostro reflejado en el vidrio que te encierra
Entonces, pienso en ti, leo una y mil veces más tú nombre tallado en la cárcel de mármol negro
Observo tú tumba y no puedo evitar imaginar tu cuerpo en descomposición, eso me hiela la sangre
Y al final luego de tanto estudiar cada detalle, de reflexionar sobre quién fuiste para mí, me doy cuenta que siempre serás parte de mía y jamás morirás.