Te agotaste en mil noches frías
Es fatal sentir como mis ojos te rechazan
¿Acaso tuvieron una riña de la que jamás me enteré?
Cada noche obligo a mis pupilas a encerrar mis ojos
pero estos son tercos
y lanzan gritos internos.
Después de tantas noches de íntima conversación, ahora lo sé.
Conozco al culpable que en esta ocasión son dos
En complicidad conectada por miles de nervios hacia mi cerebro.