Verdad hiriente
la verdad
de unos labios enamorados.
Allí donde la noche desanima
a los pequeños pobres taciturnos
en una voz extrema nace el amor.
Discreta alegría de saberme vivo.
Hoy amo la vida en general
y los pequeños pastos verdes
en el sosiego de la tarde.
Vivir enarbolando
mi propia piel
como bandera.